Una de las aromáticas por excelencia que abundan por nuestra geografía. Ideal para tener en casa o el jardín por su enorme resistencia y adaptabilidad. Capaz de crecer en escasez de agua e incluso en suelos rocosos. Es una planta perenne que puede llegar a medir más de un metro de altura.
Cuidados y recomendaciones para el cultivo de la Lavanda.
Luz: Necesita una cantidad abundante de luz, al menos unas 6 horas de Sol directo
Temperatura: Se desarrolla mejor con temperatura cálidas, aunque también es capaz de soportar heladas.
Riego: Tiene un mejor desarrollo si el sustrato se mantiene ligeramente húmedo, sin excesos.
Suelo: Se adapta a distintos sustratos, tanto universales como específicos.
Abonado: Utilizar abono granulado o líquido universal o uno específico para aromáticas.
Poda: Ir eliminando ramas y flores a medida que amarilleen o empiecen a secarse. Se puede realizar una poda anual para otorgarle la forma deseada.